Ante el espejo mi ser y mi rostro reflejado.
Me mira fijamente y me reconozco en él.
Primero llega el reconocimiento de da la costumbre, luego comienza a haber algo más y acaricio todas las imperfecciones ya palpadas y memorizadas. Nuestros secretos compartidos.
Así paso un segundo, dos segundos, cinco minutos; y diez !y treinta¡. Hasta que ese rostro pierde para mí el sentido.
Me hundo en mi propia mirada, que me devuelve abismos e interrogantes. Acaricio mis labios, mi nariz, mis párpados, y siento el tacto de mis manos mientras las veo.
Pero igual que la palabra repetida mil veces, igual que la melodía infinita de mismas notas; he pasado la barrera y esos rasgos, de repente, no tienen significado.
¿Soy ésta yo? ¿Es este rostro el mio? ¿Significan algo estas cejas, estos pómulos, esta barbilla?¿Qué me dice esa mirada?¿Quién eres tú?¿De dónde vienes?
Me vuelvo loca y deliro ante ese reflejo. El iris del ojo me hipnotiza y arrastra a sus oscuros pozos. La niña deja de ser negra, y ya nada tiene forma. Toco aquello que desconozco y..Mis labios..¿son éso labios? ¿Dientes... o piedras de nácar? Sin darme cuenta me araño y sólo el dolor me hace despertar.
Por poco me pierdo en el abismo del sin sentido, quizá la próxima no logre escapar.
5 comentarios:
A veces me miré y vi a otro y miré para otro lado para engañarme...
Quizás.
Quizás caminar en otros zapatos ayude a limar la cara del espejo...
Estoy segura de que lograrás seguir escapando :)
Me ha hecho sonreír la coincidencia ;)
Gracias por ese fragmento X. Me ha hecho sentirme cercana a Borges, y me ha gustado :)
Dicen que uno siempre es más que la suma de sus partes... aunque la verdad es que la prueba del espejo es bastante complicada. Simplemente te reconoces como esa imageb...aunque haya dias que incluso mirándose uno las propias manos parezcan desconocidas, piensas en su morfología y te preguntas "¿por que?"
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