miércoles, abril 25, 2007

Deambulo y me apresuro

Dedicada a vivir el día a día, a ratos deambulo a ratos apresuro mi paso por corredores.
A ratos me paro, no ya a coger aire (de lo que no siento la necesidad) sino a dejar la mente y ojos en blanco para al instante volver a, mecánicamente, deambular y correr. A priori indistintamente.
Durante estos meses he vivido momentos de alto subidón de autoestima profesional, viéndome envalentonada por mis compañeros y lanzada a un entorno de auge.
No por primera vez, pero disfruto con mi nuevo trabajo. Que tiene tiras y aflojas y más zonas calientes que frías, pero que me mantienen cercana a la actualidad de las comunicaciones, publicidad, y nuevas tecnologías.
Me redescubro a mí misma disfrutando mientras realizo un trabajo exprés, mientras me quedo esa media hora más, y la guinda de todo es el convencer al cliente de la valía de esta forma de comunicación y el presentarle (ante sus redondos ojos de asombro, cual niño ante un cuento) el nuevo mundo comunicativo del que no era consciente y que mostramos ante él.
Es bonito.
Es bonito enseñar, aprender, y llegar a la gente. Es bonito el que se pueda llegar a la gente por esta vía. Es bonita esta forma interactiva e interrelacional de comunicarse. Como un puzzle en el que si sabes mirarlo con perspectiva y análisis, todo encaja de forma perfecta y, quizá no armónica, pero desde luego enriquecedora.

Y en esta fase en la que mi vida profesional está algo por delante de la personal (en alguna fase de mi vida tenía que pasar esto, no en vano me dedico a algo que he estudiado y me gusta. Aunque no quiero decir con ello que todas las fases de mi vida tengan que regirse por el ejemplo de ésta...), el resto a mi alrededor parece moverse a cámara lenta.
Con el sonido ralentizado y dejando un rastro de baba de caracol, si me apuras.

No es que me importe. He llegado a conseguir un estado mental de tranquilidad tal ( que incluso a veces creo negativo), que ya no me afecta el tipo de movimiento que exista a mi alrededor. Ni con prisa, ni con pausa. Simplemente, como sea y cuando sea. Ahora mismo todo objetivo en esa esfera está relegado a un segundo lugar que no acapara mi atención.
De todas formas, seguimos mecánicamente los caminos. Y este puente que nos ha caído por sorpresa (a mí me ha caído por sorpresa) nos vamos a Santiago de Compostela (aunque luego esté con un ojo mirando de reojo a Asturias; no podré evitarlo :) ).
Además, esta noche hay concierto, y una amiga ha tenido a su retoño; además de seguir sucediéndose las cenas, salidas y tertulias sociales varias.

De todas formas me sorprende algo mi actitud hacia estos eventos, que si bien hace un tiempo movían mi mundo, ahora solo me emocionan superficialmente. No hay intensidad debajo debido a este segundo puesto en el que, de momento, los he ubicado. O quizá debido a esa actitud estática y de parsimonia que me doy cuenta he adoptado últimamente.
No sé aún si inerte y fría capa sobre mí; o bien real frialdad que ahora avista la superficie.