Me gustaría ser una de esas viejas ricas, extremadamente delgadas y alcohólicas mujeres que tantas veces aparecen en las películas y novelas.
Que se esconden tras sus enormes gafas negras, su maquillaje permanente y esa barra de labios roja que se corre de sus ya arrugados labios al caer la noche.
Saber degustar un martini con aceituna, y ahogar mis penas en ellos. Desde las diez de la mañana hasta las dos de la noche. A la vez que fumo compulsivamente un cigarro tras otro, uno tras otro...
Ser una Sra. Dinsmoor, a la que dejaron en el altar, y que por eso, se volvió loca.
Bailar sola en mi enorme habitación, ataviada de otras épocas, recordando mi vieja gloria. Y perder la noción de todo ahogándome en la piscina, recubierta con mis martinis y mis joyas.
3 comentarios:
Me gusta como escribes.
Ay! Gracias! :):)
Por eso mismo adoro a Blanche Dobois, ese mismo tipo mujer que vive en una ensoñación de lo que no fue, atrapada en un presente que elude y que no quiere comprender, sumergida en un pasado en el que una vez fue feliz...
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