Elisabeth, una de las directoras de cuentas de mi equipo, está embarazada. Tendrá un niño (o niña, pues aún no lo sabe) en septiembre.
Sale de cuentas el día 6. Con un poco de suerte nacerá el mismo día que yo: el 10 de septiembre.
¿Y porqué digo por suerte? Pues no lo sé. Supongo que porque siempre hace ilusión que un bebé nazca el mismo día en que tú lo hiciste. Quizá porque pensamos que así se parecerá algo a nosotros (¡qué tontería!). O quizá simplemente sea que me empieza a sonar el llamado reloj biológico (tic tac tic tac..pues dicen que siempre llega).
Aunque lo pienso y se me escapa una carcajada: qué va, va a ser que no. ¡Tengo tantas cosas por hacer!¡Tantos proyectos y ambiciones!
Por ejemplo, independizarme. He estado pensando en ello, y creo que incluso quizá el año que viene para estas fechas estaré a punto de vivir ya con mi novio. Pues le dan el piso en noviembre, me damos tiempo para comprar muebles (tengamos fe en que ahorre algo..) et voilà! Vida nueva.
Tendré 23 años. No está mal para hoy en día, ¿no?. Esperar un par de años más lo encontraría excesivo.
Aunque está claro que si no tuviera pareja...¡a saber cuando podría irme! O quizá ya lo hubiera hecho y estaría ahora a kilómetros de distancia (que también sería muy probable).
Pero tengo que tener en cuenta que para entonces aún estaré haciendo el master, que es un enorme gasto (adiós ahorros?) Acabo de decidir optar al máster más asequible.:).
Leyéndome debo parecer una persona sumamente planificadora. Bueno, lo soy. Creo que hago planes para casi todo: no sólo sobre mi futuro, sino también sobre aspectos más cotidianos como los gastos, las actividades lúdicas, las comidas...Recuerdo incluso haber hecho de pequeña calendarios con el estilo de ropa que tocaba cada día.
Me encanta planificar y hacer ópticos visuales de todo. Supongo que precisamente porque nunca los cumplo. Y por ello me veo obligada a hacer nuevos planes cada poco, que vuelvo a quebrantar como si fuera el primero. Aunque el no seguirlo no me da mayores quebraderos de cabeza, pues con lo que disfruto es al hacerlos más que al seguirlos. De hecho no he sido capaz de seguir una dieta en mi vida. En realidad, creo que apenas un día entero. Y basta que ese día me planifique las tareas para que no cumpla ninguna.(Aún recuerdo esos horarios estudiados al milímetro en los que dedicaba un tiempo concreto a cada asignatura..ilusa de mí).
Una más de las paradojas que hacen de las pequeñas cosas algo querido.
Y al final...he empezado hablando del embarazo de mi compañera para acabar explicando mi obsesión con los plannings.
No tengo remedio.
2 comentarios:
Enhorabuena, tienes los 4 meses que dura la baja maternal para hacerte con su puesto. No dejes escapar esta oportunidad.
Jaja, pues tienes razón, no lo había visto desde ese punto de vista.¡Qué oportunidad!
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