De verdad que lucho contra ello, pero no lo puedo evitar.
Cuando la tarde de domingo se desvanece y da paso a la noche. Cuando de repente ya son las 9, las 9 y media, y las 10.., me entra el pánico. Deseo con todas mis fuerzas que el tiempo pare, que no exista, que las obligaciones desaparezcan y que los domingos no den nunca paso al lunes.
Lo que siento es un terrible horror y un infantil deseo de patalear. De plantarme con los pies en el suelo, los brazos cruzados, la expresión enfurruñada (morritos incluidos) y gritar incesantemente: noquieronoquieronoquierononono y acompañarlo de fuertes patadas contra el suelo y gesto de negación.
De niña me funcionaba, y sino, algún insoportable lloro siempre lo arreglaba. Pero ahora parece que ya no funciona. Es injusto. No pueden acostumbrarte a algo toda tu vida y que de repente cambien las reglas, así sin más.
Y no es que no esté bien en el trabajo (que lo estoy, al menos todo lo bien que una recién licenciada con contrato de assistant (sí, en inglés) sin demasiadas responsabilidades puede estar), ni que se me hagan tediosos los días de la semana o sean para mí una difícil carga. No es eso. En ese aspecto lo único que me incomoda es el madrugar, que, como las llamadas de teléfono a desconocidos, nunca me gustará.
El problema está en que creíamos que acabando la carrera, ya estaba todo solucionado.
2 comentarios:
A mi me pasa por épocas. Hay veces en las que me gusta enfrentarme a los lunes, a toda la semana en general, y épocas en las que hasta los fines de semana me parecen faltos de algo que no sé muy bien que es. Normalmente lo supero poniendo desde que me levanto el 'Hoy puede ser un gran día' de Serrat y buscando cosas nuevas y buenas a lo largo del día.
En cuanto a que la licenciatura solucione cosas... hmmmmmmmm... como que no. Las licenciaturas son como los gestores profesionales, son perfectos para crear cien problemas por cada solución que les das.
Tú tranquila, madrugar es algo inherente al homo worker, y a todo se acostumbra uno.
P.D.
No sé si te llegó, pero por si acaso, te he mandado al mail lo que me han dicho de saber de sabor y saber de sabiduría...
Un saludo
El problema lo tienen los domingos no tu. No se si te has dado cuenta pero los domingos son el dia de la semana en que el cielo es más plomizo. Y es que el cielo te /nos entiende. Fui a Granada este fin de semana y no fue Domingo hasta que regrese a Madrid. Alli el cielo era gris y llovía...
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