Concierto de Brandemburgo nº1. Comienza el Allegro.
Y mis ojos se tornan acuosos ante el sonido de Bach. Y recuerdo mi amor por la música, tantos años olvidada. La desenpolvo, le saco brillo, y me emocionan los violines que alegres tocan. Sigo los compases, veo las partituras ante mis ojos, las notas, los ritmos..los sostenidos y bemoles.
Y mis manos tocando las ansiadas teclas del piano. La satisfacción de tocar una espléndida canción.
Es un milagro la música. Pasamos al Adagio, y el dulce sonido del oboe emociona..nos deja en blanco..Me tiemblan las manos por este sentimiento que me embarga. Tan cálido y triste.
...Incapaz de articular palabra, quedo minutos quieta y en silencio ante esta eterna pantalla. Maravillosas notas que calman y mecen.
Si cierras los ojos y simplemente..escuchas..puedes verlo. Naturaleza plena. Ríos, valles, pájaros..todo un paisaje lacustre ante tus ojos. Las nubes, blancas, avanzan rápidas al ritmo.
Pies descalzos sobre la hierba húmeda. Prados inmensos. Y corres corres corres, caes, ríes, lloras.
Tú, y Bach.
Despiertas.
Sólo hay un triste piano olvidado en la entrada.
2 comentarios:
Creo que fue Beethoven quien dijo que al escuchar son las emociones del compositor las que sientes. El oyente no tiene elección.
Lo verdaderamente increíble es que haya gente capaz de plasmar emociones tan intensas.
Qué razón tienes! La verdad es que ese es el verdadero milagro del ser humano. Que a pesar de ser capaz de hacer las cosas más atroces, tb lo es de crear las más bellas. Y entre ellas, la música, la literatura, el arte, o el cine :). Sólo por eso ya merecemos algo la pena ¿no?
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