Hoy es nuestro 8º aniversario (Sí, se permiten exclamaciones y gestos sorprendidos varios :)).
Si en un post pasado hablaba de lo rápido que pasa el tiempo...os figuraréis que volver a pensarlo aquí no es para menos.
Llevar ya 8 años de relación, a mi edad, sorprende a casi todo el mundo. Y pocos son los que se contienen de soltar la típica frase que parece que sea consecuencia directa: "¿Y para cuando la boda?""¿Ya invitaréis, no?" y similares.
Hace tiempo llegué a un punto en que me molestaba sobremanera que me soltasen la frasecita, porque nada más preguntarme:"¿Y cuánto llevas con tu novio?", tenía la certeza de que la siguiente, sería esa. Y cuando es repetida hasta la saciedad..pues una acaba hasta las narices y se da cuenta de la poca originalidad de la gente para hacer otras preguntas alternativas. O de que, al menos, veo que todos tenemos una misma mentalidad muy marcada que significa relación larga y duradera = boda ya mismo.
Pero con el tiempo me he acostumbrado, y esa reacción ahora solo me arranca una sonrisa.
No es que yo esté en contra de casarse ni mucho menos, ni que no me vaya a casar. Pero nunca he pensado en mi relación en términos de: "este año, este mes nos casamos, vamos a vivir juntos aquí, haremos esto y lo otro".
Sino más como un aquí y ahora, en el que no se descarta nada, pero tampoco se planea con tanta antelación.
Esto por mi parte, porque sé que mi pareja sí pensaba con mucha antelación y planificaba :) y fui yo la que le hizo ralentizar un poco el ritmo.
No por nada, sino porque prefiero vivir las cosas, y que ellas vayan marcando el ritmo, a forzarlo yo y luego no llegar a la meta.
Y así, poco a poco, marcando los acontecimientos su ritmo, hemos llegado a este gran año 8 en un día 8 de Octubre. Para mí, este año es más simbólico que lo que pueda ser el 10, por lo que el número 8 significa para los dos. Simplemente por comenzar a salir en un día 8, ese número se ha convertido en imagen de nuestra unión. Un número entrelazado, que une dos líneas opuestas. Como él y yo.
Muchos nos han visto siempre como la pareja perfecta. Vamos, la típica historia de las películas (pero sin rupturas ni otros amores de por medio): Chico del pueblo conoce chica del pueblo, mismo grupo, salen, se enamoran..y así hasta el fin. La gente a nuestro alrededor cambia, madura, emprende proyectos..y nosotros seguimos juntos. (Aunque también hemos cambiado, madurado y emprendido proyectos, claro)
Nos hemos convertido en imagen de la estabilidad. Nos costó más de 6 meses tener nuestra primera pelea, y supongo que esta combinación de carácteres también ayuda.
Pero a pesar de dar esa imagen exterior infragmentable, como toda pareja, hemos tenido nuestras pequeñas crisis. O debería decir, mis pequeñas crisis. Mi pareja siempre ha sido una persona de ideas claras y segura. Yo, no tanto.
Pero creo que es algo normal. Cuando empezamos, yo tenía 14 años (y él 18). De los 14 a los 22..como comprendereis, se cambia mucho y pasan cosas muy importantes en nuestras vidas. Tuve momentos de duda, de incerteza, de no saber si era ese camino el que debía coger, si obraba bien o mal, si sacrificaba mucho por esta relación o no...
Bueno lo cierto es que eso último aún me lo pregunto a veces. Y es cierto que sacrifico cosas por esta relación, pero sé que él también.
Como me dijo ayer de repente y dolorosamente certera mi madre"Por él, que sino, tú ya estabas también en Londres.¡Te conoceré yo!".
Bueno, eso es verdad.
Pero las cosas no son así. No estoy sola ni decido únicamente por mí de manera egoísta y hago lo primero que se me pasa por la cabeza. En esto, somos dos. Y hay decisiones en las que los dos tenemos que estar. Podía haberme ido, pero, si decidí quedarme, será porque en el fondo creo que sí merece la pena renunciar a ciertas cosas.
Ante nosotros siempre se abren caminos diversos, y hay que escoger. Cada uno escoge según su instinto, razón o circunstancias. Yo decidí. Y si lo hice guiada por mi corazón, debió ser lo correcto, aunque aún resuenen dudas.
Y es que 8 años son muchos años, y yo creo que son aún más influyentes en una etapa como la de lo 14 a los 22 (y de los 18 a los 26, pero hy hablo por mí :) ), que es cuando maduramos y nos abrimos al mundo.
Mi pareja, durante este tiempo, siempre ha estado a mi lado. Queriéndome, mimándome, soportando mis caprichos, apoyándome en todo lo que me ha hecho falta... como ahora.
Y hoy nos encontramos en esta parte del camino, los dos juntos. Y cogidos de la mano nos disponemos a seguir avanzando por él. Un camino que no sabemos a ciencia cierta dónde nos lleva, ¡pero qué agradable es recorrerlo!.
Disfrutamos de nuestra compañía, nos miramos directamente a los ojos, sinceros, sin paderes, sin nada que reprochar. Sólo con esperanza, ilusión, ganas de comernos el mundo juntos, de vivir la vida sorbo a sorbo, juntos, de emprender nuevos proyectos, juntos, de seguir madurando como personas y profesionales, juntos.
Y sé que somos unos privilegiados por todo esto, aunque a veces se nos olvide y nos pongamos taciturnos, refunfuñemos y arruguemos la nariz.
Tenemos algo único, preciado..lo que tantos anhelan y no todos consiguen. Y tenemos que esforzarnos en cuidar este tesoro tan nuestro, tan mío.
Hoy cumplimos 8 años, juntos.
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