Hoy me he dado cuenta de la importancia del nombre. De nuestro nombre, del de cada uno. De tener un nombre, !vamos!
Normalmente, cuando alguien dice mi nombre, me sobresalto. No sé porqué, es una reacción instantánea.
Hoy me he tenido que sobresaltar mil veces, porque mil veces me han nombrado. Y me ha gustado reconocerme en ese nombre.
Cuando estás entre desconocidos, donde nadie conoce a nadie, donde posiblemente todos tengais formas de ser tan diversas..yo me aferro a mi nombre. Mi nombre soy yo (con todo lo que ello abarca). "¿Quién eres?", te preguntan. Y respondes tu nombre.
En la formación todos llevamos una tarjeta identificativa, con nuestro nombre de pila. Apenas hemos cruzado dos palabras y ya estamos asociando ese nombre a esos rasgos, a esa expresión, a esa voz...El nombre y el aspecto como única presentación, y luego ya se verá.
Busco mi nombre entre el de los demás, lo encuentro, y sé que esas letras..son yo. Puede no ser un nombre único, pero es el mío. Y a lo largo de toda mi vida lo he llegado a interiorizar tanto que forma parte de mi como si de un pulmón o dedo se tratase.
Lo leo, y en él veo los adjetivos que me describen. Incluso veo reflejados en él trozos de mi vida, sino toda.
Hay un chico en la formación que cuando se dirige a ti, no para de repetir tu nombre (y un exactamente cada dos segundos, también). Y me sobresalto cada vez. Porque es algo que tengo olvidado, y que de repente me recuerdan. "¡Sí, sí, yo soy!", me dan ganas de decir cada vez que lo escucho.
Hoy, al bajar a la estación, he preferido pasar por el parque. En un banco había tres chicos sentados, que de lejos me han parecido tres colgados "lolailos" de tantos que hay por aquí. Ni siquiera he alzado la vista, pero al pasar por enfrente, escuché la frase: "Se llama illa*."
Entonces, como no, me he sobresaltado, y ahí sí he alzado la vista, les he reconocido y he sonreído.
Sí, ese es mi nombre.
Y sí, eran unos colgados "lolailos".
*Por supuesto no han dicho illa, pero aún soy reticente a publicar mi nombre así al libre albedrío. Aunque no tenga un porqué. Esto no hace sino confirmar mi teoría de que para mí el nombre, a pesar de ser muchas veces lo más visible y menos personal..en realidad pertenece tanto a la persona que sin él ya no es la misma. Es como desnudarse ante todos.
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