Sí.Vimos nuestro futuro piso. Aún sin acabar. Aún con cambios a la vista. Y sacándole todos los peros posibles. Desde entonces, no hago más que imaginarme el producto final: pintado, amueblado, y decorado. Y desearía tener cientos de pisos diferentes para poder decorarlos de cien maneras distintas.
Haría uno cálido y acogedor, otro, vanguardista; estilo pop; de tonos rosas; geométrico; blancos radiantes; rústico..tanto dónde elegir que no se sabe hacia dónde.
Y ya estamos casi todas trabajando (¡viva!). Yo, en el mismo sitio en el que empecé hace casi un año, C. en cuentas en Dayax, E. en una pequeña agencia dedicada en su mayor parte a clientes de decoración, y M. empieza el lunes en Skoda (Grupo VW)
¡Estamos en la brecha!
Veo a adolescentes por la calle, con ese aire de rebelión y miradas desafiantes en sus rostros. Pregonando con ellas que el mundo no va con ellos.
Yo nunca compartí esa actitud. Nunca quise ir contra el mundo, sino conquistarlo.
Los ves años después, entregados a ese sistema al que dijeron rebelarse en su momento. Integrados totalmente en él, y sin recordar sus antiguas miradas.
Aquí estoy yo, años después, integrada en el sistema, pero aún creo que, a mi manera, soy yo la que lo conquisto, y no al revés.
3 comentarios:
Me alegro por vosotras, que estáis trabajando. De jóvenes siempre se piensa que se pueden cambiar las cosas, y hasta que no te desengañas por tí mismo y ves que es como mover una montaña, no acabas aceptando la realidad.
Un abrazo.
Aunque soy, más o menos de tu edad (24) soy mucho más pesimista y no porque a mí me haya maltratado la vida. Pero no puedo compartir tu euforia laboral. ¿No te das cuenta de que el sistema te explota y te explotará toda la vida pese a que parezca que estás disfrutando?. Lo único que vale la pena es tu vida con la perona con la que compartirás tu piso. Eso sí.
¡Gracias brisa! Sí, tienes mucha razón..
Verás david, yo no lo veo como tú. Desde luego, también tengo mis momentos pesimistas en que maldigo el sistema y todo lo que me rodea, pero en general, estoy contenta con lo que voy haciendo y, sí, también con mi trabajo.
He estudiado algo que me gustaba y trabajo en ello. Hay días en que tocan tareas pesadas, o ves injusticias, pero también existen los días en que estoy trabajando y me digo: !esto es genial!
Y es que, me gusta lo que hago.
No sé si siempre me gustará, si mañana me levantaré con las mismas ganas o no, pero por el momento, sí. Y no me siento para nada explotada (salgo a mi hora, tengo mes y medio de vacaciones, más puentes y festivos, y aunque no cobro mucho, hago cosas que me gustan).
¿Que ahora cogeré más responsabilidades y quizá le empiece a ver la boca (¿es la boca?) al lobo? Quizá. Pero lo tendré que ver.
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