Ambigua relación con la mentira.
Todo comenzó con un silencio impuesto, y a ello le siguió la invención fantasiosa causada por el hambre y los deseos.
Articulaba mentiras como quien inventa palabras. Brotaban solas; sin esfuerzos e infinitas, causando expectación a su paso.
Historias inventadas en secreto. Hermosas como el rocío.
Pero un día algo debió fallar en el engranaje, pues la muñeca nunca más mintió. Y, aunque no le pasaba lo que a Pinoccio, su tez sí se sonrojaba y la verdad se le escapaba a raudales cuando la implicaban en una mentira.
Acabó del todo muñeca. Rota. Sin sueño que anhelar.
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3 comentarios:
Los sueños rotos, las ilusiones rotas, y un sinfín de muñecas rotas. A veces nos exigimos tanto que nosotros mismos nos hacemos daño.
Que bien escrito. Que buenas son.
Se feliz
Prefiero pensar que no hablas de tí, no me gusta pensarte rota.
Besos
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