Yo también soy friki

Todos tenemos algún lado oscuro, oculto, o inesperado.
Yo, que nunca he querido ser menos (por supuesto), también tengo los míos, y hoy me apetecía hablar de uno de ellos. Sí: Me encanta el anime.

Aunque se podría decir que no tuve ningún conocimiento previo del manga antes de conocer el anime, sí es cierto que mi primer acercamiento a este mundillo fue a través de un manga que tenía mi prima y que devoré con ansia en una sola noche (aunque me de vergüenza el reconocerlo). ¿El título en concreto?(agárrense): Candy Candy.
La historia de la pobre niña huérfana que pasa incesantes aventuras y apasionantes amores me enganchó por completo y, cuando tendría apenas 7 años, pasé toda una noche sin dormir por su causa.
Así de intensa fue mi iniciación.

Pero mi verdadero comienzo en el anime fue cuando Tele5 (la televisión amiga) comenzó a emitir en España (dios mío, !cuánto le debo a la tv!) y, ante mí, que ya era forofa incondicional de cualquier espacio infantil habido y por haber; se abrió el nuevo mundo de la animación japonesa, con apasionantes series como Oliver y Benji, Juana y Sergio, La panda de Julia, Los caballeros del Zodíaco o Bésame Licia.
Esa época fue el inicio de toda una serie de años en los que ininterrumpidamente fui descubriendo nuevos animes con los que saciar mi sed.
A3, la2 y Tele5 entraron en progresivas competiciones para ver quién emitía mayor número de series de este tipo (que tuvieron un rápido auge para mi alegría), siempre adelantadas por las cadenas autonómicas, como las catalanas TV3 yC/33 /actual K3. Que siempre han sido más pioneras en este tipo de cosas y les llevaban unos años de ventaja.

Junto con Sailor Moon, Ranma 1/2 o Chicho Terremoto llegó (para mí, pues coincidió con años de traslados) Dragon Ball, Dr. Slump (Arale) o Lamu.
La cosa no quedó ahí, y iba a más. Programas con espacios dedicados en exclusiva a este género, en lo que luego ha derivado incluso en programas propios, y una programación cada vez más variada que me ha permitido, a lo largo de varios años y hasta el día de hoy, llegar a conocer animes tan variopintos como Pokemon, Lady Oscar, Card Captor Sakura, Fushigi Yugi, Karekano, Marmalade Boy, Love Hina, Boys Be, Cinturón Negro, Utena, Georgie,DNA2..

Algo a destacar, es que hay casi tantos géneros como animes o temáticas. Y tienen una terminología concreta que es tan complicada como parece serlo el idioma japonés. Algunos de los principales son los siguientes:

Kodomo: para niños, desde los más pequeños hasta los 10 u 11 años. Historias sencillas, estilo desenfadado y corta duración. Ejemplos: Shin-Chan o Doraemon. Es muy seguido también por los adultos.
Shounen: dirigido principalmente a chicos adolescentes. Suelen ser historias de aventura y de acción, o bien romances, pero vistos desde el punto de vista del chico. Naruto y Dragon ball son dos ejemplos arquetípicos del género, y a un nivel algo diferente, Ghost in the shell o Love Hina.
Shoujo: dirigido a chicas adolescentes.De este estilo son Peach Girl, Fushigi Yugi o Marmalade Boy.
Aosen: Seinen y Josei, son para adultos, el primero para hombres y el segundo para mujeres. De temática más adulto, como la política, negocios, sexo, violencia… Por ejemplo: Monster.

Juegos: otro tema muy habitual del shōnen, a los japoneses les gusta mucho el tema de los juegos de cartas, videojuegos, juegos de mesa,… De este tema es Yu-Gi-Oh!.
CiberPunk: ciborgs, AIs, mechas, y un futuro post-apocalíptico.
Gakuen: el género estudiantil. Los protagonistas son estudiantes, las historias ocurren en la escuela o en un instituto.
Magical girls :Chicas con poderes mágicos que, generalmente, salvarán el mundo. Se podría decir que es un subgénero del Shōjo. Un ejemplo claro: Sailor Moon.
Hentai: lleno de subgéneros. El tema principal son las situaciones sexuales explícitas. La palabra significa "pervertido".
Los subgéneros ván desde lo suave: Ecchi (eróticos), Yaoi (de corte gay), Yuri (de corte lésbico), Loli-kon (con niñas o adolescentes) y Shouta-kon (con niños o adolescentes); hasta lo hardcore: Futanari (hermafroditas), Ero-Guro (erótico grotesco), Kemono (humanoides),...
Bishoujo y Bishouen: se refiere a todo tipo de historia protagonizada el primero por chicas guapas y el segundo por chicos guapos (generalmente son subgéneros del shoujo).
Shounen-ai y Shoujo-ai: relaciones de tipo homosexual, el primero entre chicos y el segundo entre chicas.

Ante la imposibilidad de abarcar todos los animes existentes, llegué incluso a comprar revistas especializadas como Dokan o Minami, alquilar OVAs de mis series favoritas en el videoclub , ir al salón del cómic (que no del manga, pero no por falta de ganas) y, como no, disfrutar con toda art gallery de manga que llegaba a mis manos.

Y ahora, una vez más gracias a Internet y su inestimable red P2P (oh, a ti gracias! :), he conseguido obtener todas las series que alguna vez me han marcado, además de conseguir animes que, o desconocía por completo, o bien no había tenido la oportunidad de ver; como el famoso Akira, que no podía dejar de nombrar y del que conocía toda la historia, pero aún no había disfrutado).

No obstante, jamás he conseguido aficionarme a los mangas; supongo que debido a que el soporte audiovisual me es mucho más atractivo para este tipo de historias, ni aprendido los extraños nombres de todos los honorables autores de mangas que debería conocer.
Así que supongo que me quedo en mera aficionada del género (o algo friki), y, por suerte o por desgracia, no llego a ser una verdadera otaku.

バイちゃ! (bai cha!)