viernes, mayo 20, 2005

Raíces

No sé si alguien recuerda este post o éste.
Los siento parte de mí, pero no son míos. Por eso la cursiva. Son de mi padre. Los escribió antes de que yo naciera, o cuando yo apenas era una niña.
En mis recuerdos de niñez recuerdo a mi padre gran parte del día tumbado en la cama, escribiendo. Llenaba libretas y libretas de escritos, de pensamientos. Todos más o menos autobiográficos, más o menos brillantes. Hace mucho que leo esos cuadernos a hurtadillas. Cuadernos que finalizan a principios de los años 90, pero que me acercan a mi padre mucho más de lo que me acercaría una simple palabra o mirada.
Al principio buscaba con avidez en sus escritos referencias a su hija, a mí, al amor que me profesaba, al tipo de niña que era..luego me desengañé. Cada vez que leía mi nombre, o una posible alusión a mi persona..me daba un vuelco el corazón. Ahora sé que la vida de mi padre nunca giró a mi alrededor. Me importa, pero ahora lo comprendo.
Supe que en esa época de su vida, mi padre no estaba menos perdido que yo. Buscaba las mismas cosas, tenía las mismas inquietudes y sentía la misma insatisfacción. En realidad, sentía más. Su pesimismo tocaba fondo y todo eran abismos negros y cruda realidad a su alrededor.
Su letra va cambiando con el paso de los años, de más infantil y redonda, a alargada, ampulosa y fina. Suave. Menos llana. Más retórica. Más la imagen que siempre he tenido de él.

Leí cosas que no me gustaron. Cosas que una hija no debería saber de un padre. Pero no me arrepiento. Entonces supe que también él es humano y que se parece a mí. Supe incluso que en algunas cosas, soy mejor que él. Parecerá una tontería, pero es importante.
Sé que sintió un amor adolescente por mi madre, rayano en lo platónico (sino fuera porque se hizo realidad). Sé que yo (o debería decir las circunstancias en general) no fui para él más que una piedra en el camino que le impidió seguir avanzando. Que le paró.
De repente se vio abocado a una situación incómoda y cruda. Sus escritos la reflejan. Y reflejan su desesperación. Su ansiedad de nuevos conocimientos, su avidez literaria, sus sueños medio truncados por una realidad que podía más que ellos. Y esa enorme distancia que les separaba. Porque son dos seres diametralmente opuestos. Tanto o más que J. y yo.

"Cuando el pasado nos anega la rutina nos hunde, decía un oscuro profeta"

Y leo más, y me descubro en él. Ideas compartidas que nunca transmitió con palabras. Mismos ideales no dichos en voz alta. Afirmaciones duras, ciertas para los dos. De religión, humanismo, política..
Y quizá la persona que descubro aquí ya no es la misma, ha cambiado y evolucionado con los años. Pero ésa fue y a ésa me acerco. Dió esos pasos, y a ellos me siento cercana.
Aunque mientras tanto.." I. juega con el rompecabezas, los años pasan con rapidez. Ya tiene cuatro, habla sola. La verdad es que nunca para. Es un diálogo continuo".

8 comentarios:

Msc dijo...

Al menos has tenido la fortuna de conocerle de forma distinta y de saber de él a una edad en la que tu preocupacion mayor sería ese dichoso rompecabezas y los juegos imaginarios.
Solo una reflexión: A veces lo que escribimos es solo parte de lo que pensamos y una pequeña porcion de lo que sentimos.

Santi Benítez (Sun_Tsu) dijo...

Uff... tenía muy claro que iba a decirte, pero ahora como que se me ha ido de la cabeza.
Venía ser algo así como que poca gente tiene la oportunidad de conocer a su padre de la forma que lo estás conociendo tú. Posiblemente, e imagino que tú lo sabes tan bien como yo, escribimos cosas que casi nunca son para que las lea nadie, aunque luego no soportemos esa necesidad de que alguien nos diga 'joer, vaya mierda...'. Pero la base es escribir para nosotros mismos, escribimos porque lo necesitamos. Luego leemos lo que escribimos y podemos estar de acuerdo o no, escribir es el arte de mentirse a uno mismo cuando se relee.
No creo que tú fueras un lastre para tu padre, los padres no creemos que los hijos nos trunquen el futuro, sólo vemos como nos lo cambian sin poder hacer nada por evitarlo... bueno, siempre podemos salir corriendo, pero luego, ¿Quien leería lo que escribimos?

(Suena de fondo 'Babe, i'm gonna leave you' de Led Zeppelin)

Un saludo

Kaloni dijo...

Uff! No se que decir. A mi al igual que tu padre, me quedan o quedaban muchisimas cosas que hacer, investigar, visitar, leer, y sentir. Mi nena ya tiene los 4 añitos y me paró, claro, pero lo ha cambiado todo gustosamente, por verla hablar sola, resolver crucigramas, o como me explica su dia de cole. Todo, lo cambio absolutamente todo.
Un beso enorme.

Ojos_verdes dijo...

gran post este acercamiento a descubrir. un beso

Bo Peep dijo...

Que post tan hermoso. Te envidio por esas lecturas. Y por esos descubrimientos.
(Y tiene razón tu padre, los hijos te dan cosas y te quitan muchas otras.)

Laura dijo...

Qué gustazo leer este post y qué envidia (sana) me das al haber podido conocer a la persona además del padre...

Anónimo dijo...

Bonito post, ese tipo de cosas nos acercan sin duda a nuestros padres y nos ayuda a verlos más "humanos". En cierta ocasión pude escribir un cuaderno de memorias que me dio mi padre y fue impresionante la experiencia. Un besito.

illa dijo...

¿Un cuaderno de memorias? ¿Pero escribíais los dos?