viernes, noviembre 05, 2004

Tabula rasa

Ayer, a lo largo del día, pensé muchas veces en este blog. Echo de menos el escribir aquí estos días en que no tengo apenas tiempo ni para mí. Y durante los trayectos en tren, en autobús, mientras caminaba por la ciudad, mientras comía..se me iban ocurriendo temas sobre los que me gustaría escribir.
Pero luego, a las doce de la noche, llegué tan cansada y derrotada a casa después del largo día, que fui incapaz de encender el ordenador, y mucho menos de recordar cualquiera de los temas en que había pensando.
Aún ahora me cuesta recordarlos.
Quizá quisiera hablar de la nueva reelección de Bush por parte de los norteamericanos, decepcionante aunque por desgracia no demasiado sorprendente noticia, y de lo que esto significa para Europa y sobretodo, Irak.
Quizá me apeteciese hablar del extraño sentimiento que me embarga cada vez que camino por el metro, rodeada de gente a la que desconozco y con la que no comparto ni una palabra, rodeados por enormes paredes llenas de anuncios publicitarios (fijaos en el nuevo de Amena en todo el metro, tipo el de Nescafé en Maria Cristina), mientras la música clásica que toca algún grupo solitario al que casi nadie parece hacer caso nos balancea.
O quizá lo que quería era hablar de ese anuncio de Amena, en tamaño XXL promocionando su nuevo servicio de descarga de juegos, dónde rostros gigantes con ojos de gatos nos miran mientras apresuramos nuestra marcha y parecen vigilantes continuos de nuestras vidas.
O tal vez sobre la contradicción que siento hacia este mismo blog, nacido para ser público y en el que censuro determinados temas por eso mismo, por público. Autocensura, que le llaman, si yo misma hago uso de ella en este blog cómo no lo harán periodistas en sus medios de comunicación...
Aunque puede que al final sólo ahogara aún más mis penas en estas páginas, que parecen destinadas a paño de lágrimas, y os relatara mis absurdas experiencias en revisiones médicas, en la academia de inglés, en entrevistas de trabajo...
Pero al aturdimiento vence. La pereza domina. La mente se queda en blanco..tabula rasa...Y me olvido de todo, hasta de mí misma, que al menos una vez al año, no viene mal :) ;).


2 comentarios:

Isthar dijo...

Escribir siempre me ha parecido una innegable y fantástica vávula de escape. Escribe sobre lo que quieras, lo que sientas, lo que piensas, lo que creas... pero sobre todo escribe y no dejes las palabras ahogándose dentro de ti.

A veces nuestras palabras llegan más lejos de lo que esperamos...

illa dijo...

Tienes razón Plober, al decir que no tiene mucho srentido. Y más cuando aquí estamos los..¿introvertidos extrovertidos Doblezero;)? blogueros..relatando nuestro día a día sin más..
No sé, quizá sea la costumbre de hacerlo, que se ha convertido en mal hábito. Intentaré corregirme.:)