Son estos días aciagos. No aciagos del todo, pero aciagos al fin y al cabo.
Lanzada a un abismo del que no sé si sabré salir. Mi indecisión y mi miedo a no estar preparada se apoderan de mí día sí y día también.
Ganas de volar, pero no tengo alas. Me son cortadas a sabiendas. Y tengo sed de aire, sed de agua, sed de nuevos paisajes, sed de proyectos, sed de realizarme.
Pero solo tengo un camino estrecho que pueda seguir, y culpo a los demás de ello, cuando yo misma soy la culpable. Ha sido mi opción, es mi elección. No debo arrepentirme ahora. El corazón y la mente son ambiguos, de doble filo, traicioneros.. y solo me transmiten contradicciones. Me produce pesar.
Un gran peso que se cierne sobre mi y agria mi carácter. Me vuelvo huraña, agresiva y taciturna con los demás. Para con los que me quieren. Porque les culpo de cortar mis alas.
Y la envidia me corroe, los celos se apoderan de mi, la rabia por querer y no..?poder?¿. Los malos sentimientos se apoderan de mi, me vuelvo mala, dañina, orgullosa. Toda coraje, toda carácter, toda crueldad.
Me siento como la ola que se estrella contra la roca..y rompe, rompe, rompe
CRASH!!!! Quiero gritar, vociferar, rasgar, dar puñetazos, agotarme del esfuerzo. Y mientras, toda yo reboso energía, aguardando no sé a qué. Y tengo lágrimas contenidas que escapan una a una, mes a mes, como agujas que se clavan en las mejillas.
Y se hace un nudo en la garganta, y el corazón golpea, bate, vuelca..de la incomprensión, las ganas.
Ganas de mundo, ganas de todo, y de nada.
Una persona joven atrapada en una jaula lo bastante espaciosa para que nadie se de cuenta de su encierro.
Mierda!.
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