martes, enero 03, 2006

Presente, futuro imperfecto

Estas Navidades yo también me preguntaba hacia qué mundo nos dirigíamos.
¿Realmente están mejorando las cosas?¿Nuestro nivel de vida? Y si es así, ¿a costa de qué?
No importan las utopías que quepan en mi cabeza, importan los hechos. Y los hechos son grises, austeros y deficientes.
El asalariado es el esclavo moderno. Sí. Parto de esta premisa. Que me parece tan cierta como el peso de la realidad (aunque haya días en que esa realidad parezca volátil).
Hoy en día son necesarios dos sueldos para acceder a una vivienda (y algunas ni dignas). Son necesarias horas extras o trabajos dobles para pagar las hipotecas. Hipotecas de hasta a 40 años (y a 50 para los más jóvenes). Horas extras que muchísimas empresas no pagan, pero que el trabajador se siente coaccionado a realizar, sino quiere ser despedido.
Sociedad del consumo en que un cortado vale 1 euro, un viaje de tres zonas 2,90, una copa en una discoteca 12 euros, un menú del día ronda los 8 euros mínimo y llegar a los 1000 euros al mes se considera óptimo y buena suerte (??!!).
Supongo que ése es el panorama general.
Y mientras tanto, nos aferramos a nuestro sentido de supervivencia, ilusiones y esperanzas, gracias a las cuáles hemos llegado hasta dónde hemos llegado. Grandes valores del ser humano, nuestros verdaderos tesoros.
Yo creía que si todo el mundo actuaba de acuerdo a unos valores universales que todos consideramos óptimos, si todos nos negamos a aceptar las injusticias del sistema, si rechazamos el ser explotados y nos rebelamos..las cosas podrían cambiar.
Y aún lo creo.
Pero nunca nos pondremos todos de acuerdo ni todos nos negaremos en redondo (jamás todos los chinos saltarán a la vez, en el mismo segundo). Los jóvenes lo tenemos más fácil, pero es diferente cuando vas asumiendo responsabilidades y otras personas dependen de ti. Cuando hay más cosas en juego y miles de factores coartan tu libertad de acción, e incluso de expresión.
Si hay intereses mayores que guían a los medios de comunicación, no es diferente nuestra vida, cuyos patrones cortan nuestros superiores.
Desechada esta posible solución, queda la alternativa de convertirse en empresario (sólo aquellos con iniciativa se considerarán libres). Pero una sociedad formada únicamente por empresarios dudo mucho que sea factible, y debe distar bastante de una sociedad perfecta. Se vuelve a hablar en términos de privilegiados, y no tan privilegiados.
Única vía posible: el gobierno. Votar a partidos políticos que realmente nos lleven al cambio. Que utilizen su poder para mejorar estas insuficiencias y dar un vuelco al sistema. Que sea capaz de desligarse de los cordones umbilicales que los unen a intereses puramente económicos y tenga su único punto de mira en el hombre.
¿Cómo conseguir que la gente vote al partido correcto, que distinga entre los hombres de principios y los simples bufones? Más cuando tienen como fuente primaria y casi única la TV, cuando no les interesa la política y desconfían de todo lo ajeno.
Formación. La formación se presenta siempre ante mí como la base necesaria de todo. Formar a las personas para que aprendan a hacer juicios de valor. Para que tengan en cuenta no sólo las fuentes que se les otorga sin esfuerzos, sino que sean activas política y socialmente y busquen, investiguen, critiquen..
Una sociedad sin espíritu de crítica, sin población que se incline hacia el autoanálisis... estará siempre condenada a la esclavitud.



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10 comentarios:

Seattle dijo...

"El asalariado es el esclavo moderno", cierto, muy cierto, pero muy duro de escuchar para un asalariado un 3 de enero... y mas que va a afrontar su hipoteca el solo... Veremos que cambia en nuestra cabeza este año...

Zifnab dijo...

Para empezar tendrçia que existir ese partido y yo no se porque, dudo mucho de que eso no pueda ser sino una ilusión. Y las cosas estan tan enquistadas que la democracia no sirve para arrancarlas y fuera de la democracia los que no existimos somos nostros

Soy pesimista por vocación, más si cabe en las cosas que atienen a nuestro querido mundo. Todo ha de partir de decisiones individuales, pero todos estamos llenos de egoismos y de ataduras que nos impiden ser valientes. El propósito de que el mundo cambie no solo es loable es necesario. La resignación y la decadencia siempre van de la mano, pero una cosa es esa y otra es el realismo. Y la realidad es que todo seguirá igual nosotros apegados a nuestras hipotecas y los políticos amarrados a sus escaños

Y así una era y otra

Y aún así se puede ser felices, Sobre todo si la suerte te lleva a nacer en el primero de los mundos y no escoge el quinto o el sexto que nosotros creamos

Ella dijo...

Aprendí a ser egoista desde muy joven. Yo ya no pregunto por el mundo, que pregunte él por mí.

Demasiadas cosas por las que preocuparse y demasiado poco tiempo para disfrutarlas, no cree?

Anónimo dijo...

Tengo exactamente las mismas inquietudes que tu respecto al sistema... la cosa está fea y veo en "breve" un pedazo de explosión de esa burbuja que nos dará en todos los morros, si una cosa hemos aprendido de la historia es que nadie se rasca hasta que no le pica y de momento todo va bien (esto es lo que dice piso a piso alguien que se tira desde un rascacielos) de momento todo va bien, de momento todo va bien... pero lo importante no es la caida si no el aterrizaje.

giovanni dijo...

Lo dices todo muy bien. Tienes "la película clara" como dicen los chilenos (y otros latinoamericanos?). Esto me da optimismo sobre las posibilidades de mejorar "el mundo", nuestro mundo. Sin nosotros este mundo socioeconómico (y político y cultural) no existiera; es creado y mantenido y sigue cambiándose gracias a los que mandan, obedecen o se encuentran al margen. En los años sesenta creía en la posibilidad de mejorar el mundo y sigo creyendo en la posibilidad de mejorar el mundo.
Hace poco estuve una semana en un pueblito cerca de Valencia. En la ciudad de Valencia veía que existe todavía un mundo de pequeños negocios, de gente juntándose en los bares para charlar, gente simpática... y tomé un cortado pagando 80 centavos. No tenemos que sentirnos frustrados (frustración lleva a la agresividad) ni impotentes. Tampoco tenemos que sentirnos los maestros del mundo. Pero sí tenemos que sentirnos sus habitantes que se encuentran un corto momento en ello para gozar de ello, ayudarnos y no destruir la naturaleza ni herir la vida del otro. Cada uno de nosotros ya hace algo muy positivo expresándose libremente y espero que dentro de nosotros salgan nuevos políticos que ayudan a crear un mundo mejor. Un abrazo, Giovanni

Anónimo dijo...

"El asalariado el esclavo moderno" puede ser una buena analogía, pero quizá generosa. Aunque los esclavos y siervos de la Edad Media sufrían peores condiciones y menos libertad tenían (en general) dos ventajas con nosotros: no tenían que trabajar si no era de día (no había iluminación ni relojes), y no se les podía "despedir": estaban asignados a la tierra.

giovanni dijo...

Me gustó tanto tu post que lo he reproducido en mi blog. Por el momento no sé como incluir un link al post tuyo, pero espero descubrirlo pronto.

Anónimo dijo...

Precioso tema y preciosa reproducción de giovanni.
La realidad es que una chavala joven ha llegado a ese convencimiento, una idea que compartimos la mayoría, pero que cada uno de nosotros ve de distinta manera.
Mil soluciones para un problema. Algunos nos hacen creer que aquí reside el problema, en las malditas mil soluciones.
Tu sabes que no es así. Todos lo sabemos... o casi todos. El verdadero problema, es que los que no piensan así, son los que nos gobiernan.

Olvídate de lo de ser todos empresarios. Los pequeños empresarios no pasan de ser unos asalariados (esclavos) con ínfulas, ínfulas que, en el mejor de los casos, los arruinan íntimamente y, en el peor, físicamente.

Si te decides a serlo, cosa, por demás, muy sana, antes has de aprender la lección de que no serás ni más ni menos que tu vecino... Pero eso ya sé que lo sabes. Así y todo, te lo digo porque nunca es suficiente con saberlo, tanbién hay que sentirlo día a día.
Las demás lecciones vienen con la experiencia.

Un abrazo

MentesSueltas dijo...

Duro, real y contundente.
Un abrazo

illa dijo...

Gracias por tan completos y clarividentes comentarios! :) Me consuela pensar que no estoy sola en esto del (sin)vivir por el futuro.
Lo cierto es que a mí me gustaría pensar como Ella, y muchas veces lo consigo, pero acto seguido tengo remordimientos por mi egoísmo..y eso me tortura aún más que las injusticias del mundo.
¡Qué razón tienes Steam! A ver cómo nos va ese aterrizaje...:s

Giovanni, me he sentido tremendamente halagada por tu post en tu blog (guau! que he hecho yo para merecer ese honor!) Tienes razón en que no hay que sentirse frustadros ni impotentes..pero a veces es inevitable. Habría que cambiar tantas cosas y uno solo puede tan poco! A veces aunque lo sabemos, ni lo intentamos.

Jaja, pues tienes razón Martínez..me temo que no has mejorado mi punto de vista..;)

Un abrazo a todos! Y a vivir, que son dos días