Asfixia

"Fóllame.
Lo dijiste sin palabras, en un suspiro, y tan sólo eso bastó.
Era un día caluroso, que abochornaba, que asqueaba, que ralentizaba cada respiro..y sin embargo...conseguiste acelerarlos durante un segundo.
El calor, junto con la embriaguez, hacía de tu cuerpo un peso de plomo, pesado, sin movilidad, extenuante.
Llegaban a mis oídos las risas. Nuestros amigos charlaban en la habitación contigua. Conversaciones banales, sin apenas sentido. Y tú y yo tras la puerta follábamos. Porque nunca hacemos el amor, porque nunca besamos como enamorados. Y nuestros te quiero no significan te quiero, sino me gustas.
Pero ésto ellos no lo sabían. Nadie lo sabe. Sólo nosotros, que tras otro segundo caemos rendidos en manos de la enajenación, que nos arrastra y empuja. Y perdemos la noción de todo, hasta de nuestros cuerpos.
Al despertar ya no hay asfixia, y no recordamos nuestro idilio.
Te quiero, te susurro. Y sí, ahora es cierto. Y somos de nuevo jóvenes enamorados."