lunes, febrero 13, 2006

La no entidad


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Nos volvemos a ver por casualidad y se nos escapa la risa tonta. Un intercambio de sonrisas bobaliconas de apenas tres segundos de duración.
Pocas veces hemos compartido más que un hola y las susodichas sonrisas o indecisos silencios, pero tenemos nuestra cita diaria; y el coincidir fuera de ella ha despertado nuestra actitud más infantil. Como si fuéramos dos adolescentes enamorados en secreto.

Entonces llego a casa, y como cualquier niña cursiloide de principos de siglo, me empapo de Orgullo y Prejuicio:
de la serie de la BBC, de los diversos largometrajes, de la novela en inglés, la novela en español...Y ahí vuelve a estar: la sonrisa tonta ante el recuerdo de nuestros segundos; y yo reencarnada en una moderna Madame Bovary.
Cómo no me dé pronto por otro tipo de heroínas, me tiro por la ventana.

4 comentarios:

ladhu dijo...

En estos tiempos creo que lo mejor es convertirse en Juana de Arco...

coco dijo...

Vale, me pongo el traje de bombero y te espero con la cama elástica. Hombrepordioscoñoya.
Besito.

Zifnab dijo...

El caso es a mi hija me molaría ponerle Emma, no se si es tentar a la suerte

Se feliz

MentesSueltas dijo...

Donde hubo fuego, sonriras quedan...
Un abrazo y creo que no llegó el olvido, aún...
MentesSueltas