El otro día charlaba con mi madre sobre la donación de óvulos, acerca de todas las posibilidades que aportaba el poder donar óvulos y, también, todas las reticencias existentes ante la misma posibilidad.
El azar quiso que me topara con un artículo en la revista CNR que trataba sobre ello, y conseguí así algo de información extra sobre el tema, que casi desconocía por completo.
A priori, mi actitud hacia esta práctica es positiva. Lo veo como una gran solución para todas aquellas mujeres que quieren ser madres pero, por una razón u otra, se ven incapacitadas para ello. Y al mismo tiempo, no veo nada reprochable en donar tus propios óvulos a cambio de algún tipo de retribución con el fin de ayudar a alguien a ser madre.
Pero mi primera reticencia llega al caer en la cuenta de que, al donar nuestros óvulos, no estamos dando simplemente una parte de nosotros y que ayuda a otras personas, sino que con ello, donamos todos nuestros genes, con todo lo que ello conlleva. No se puede comparar a la simple donación de sangre, o de un órgano. Donando nuestros genes, estamos determinando a una futura persona, cuya herencia genética provendrá directamente de la nuestra. Cabe esperar que gran parte de su condición física e incluso psíquica, vendrá determinada por la nuestra, y eso sí lo veo una enorme responsabilidad.
Ir donando nuestros genes alegremente y sin control, teniendo hijos repartidos por el mundo a los que no conoceremos.... ¿Hasta qué punto es ético? O no ya ético, sino..¿hasta qué punto es un acto humano(en el más amplio sentido de la palabra).?
Luego entran en consideración otros factores como los tratados en el artículo de la revista, que nos habla del amplio mercado que se ha generado en torno a la donación de óvulos en Estados Unidos, dónde incluso se buscan perfiles muy definidos y concretos de chicas (como las muy demandadas chicas altas,rubias, de ojos azules y con calificaciones universitarias de al menos notable alto).
Y aquí sí entramos en el terreno de qué podemos o no considerar ético y moral. La donación de óvulos, que en principio se presenta como un acto altruista y en pro de la evolución, pasa a convertirse en un mero mercado de negocio donde se subastan óvulos y la especulación está a la orden del día.
Esto ni es ético, ni es moral. O eso creo. Porque en realidad ni yo misma estoy segura.
¿Hasta qué punto podemos censurar a alguien que dona voluntariamente una parte de su ser para crear vida?¿Es reprobable que saque beneficios de ello?
Creo que, a fin de cuentas, lo único que me hace fruncir el ceño ante esta práctica convertida en negocio (a parte del nombrado convertida en negocio, que aporta el tan conocido peligro añadido de convertirnos a nosotros mismos en mera mercancía, sin ningún otro tipo de valores), es el hecho de que nos rebelemos contra las leyes de la naturaleza y contra la propia ley de la evolución al jugar con la creación de vida de esta manera. No por nada en Europa se establece un límite para la donación de óvulos ( a un máximo de seis, por posibles problemas futuros de consanguinidad).
Pero..¿acaso no nos rebelamos contra ella cada día en la lucha contra el cáncer?¿O cuando se salvan vidas gracias a los transplantes de órganos?¿O de bebés que sin la existencia de cesárea o incubadoras no habrían sobrevivido?
Y todo ello ha ayudado a mejorar nuestra calidad de vida. Entonces, ¿por qué tendría este caso que ser diferente?
Jugar a ser dioses (entendido como lo que rige toda naturaleza)...parece nuestra única meta.
3 comentarios:
Yo no veo grandes problemas... porque no considero tampoco que sea "repartir hijos", no te convierte en madre que el óvulo sea tuyo, ser madre es otra cosa. Y además es un niño que SÍ va a tener madre. Una madre que además no podría serlo de no ser porque alguien donó previamente...
Otra cosa es lo de elegir el aspecto... no sé cómo está legislado exactamente, pero yo pensaba que no podías elegir al respecto... se puede? Si es así, eso sí que no me parece bien. Entiendo que no se acepten donaciones de niños con enfermedades congénitas, pero espero que no acabemos en "y que midan más de 1'70 y sean rubitos, oiga".
(De todas maneras, según escribía todo esto pensaba también que es un poco una pena que se necesiten donaciones habiendo niños sin padres que no consiguen ser acogidos. Y me parecería mejor que nos ocupásemos de los que ya están aquí, y no tienen esa familia, antes de traer nuevos niños al mundo. O sea... que también tengo mis contradicciones, vaya!)
Besos,
Bruji
Me encantan estas paranoias que te asaltan y que te dedicas a reflejar en tecleadas sobre plástico... una de las cosas por las que me gusta este artículo es que yo nunca lo hubiera escrito por tratar este tema tan concreto... es algo que desconozco y que me recuerda la diferencia vital en cuanto a hombres y mujeres. La naturaleza no conoce la "ética", el universo no contempla el significado de "justicia".
"mero mercado de negocio donde se subastan óvulos y la especulación está a la orden del día" creo que yo nunca hubiera encontrado una mejor definición para la palabra "vida"... con todo el patetismo que ello conlleva.
Estoy de acuerdo con vosotras (Bruja y chocoadicta) en que dar tu óvulo no te convierte en madre, po supuesto. Pero, aunque no te convierta en madre de hecho, sí lo eres genéticamente. Y eso es lo que no me acaba de hacer gracia. Tener hijos genéticos, sí, repartidos por el mundo (porque esa es la realidad)
Y no es que se llegue al extremo de decidir la apariencia del niño y conseguirlo científicamente, Bruja, pero sí se tiene en cuenta que si la madre cumple ciertos cánones (los que se buscan que luego tenga el niño), el niño tiene más puntos para tenerlos (ejemplo, queremos que sea rubio: se buscan mujeres rubias, o de cierta nacionalidad si quieren que comparta determinadas rasgos raciales, etc.)
Discriminación? No sé.
Sabes Steam? Creo que la has clavado cuando dices que la naturaleza y el universo no conocen de ética o justicia. Eso es cosa nuestra. Y quizá has respondido así de simplemente a mis dudas acerca del tema y de dónde provienen. Quiza es que a mi naturaleza no le gusta si es ético o justo, simplemente no le convence la idea.
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