sábado, febrero 25, 2006

Carna

Me despierto de madrugada. Con la intranquilidad en el cuerpo y la digestión pesada en el estómago.
Todas las imágenes del día vuelven a mí, todas las canciones y todas las infinitas posibilidades.
A kilómetros de distancia, una mujer cuenta los minutos que separan una contracción de otra, deseosa de que aquello acabe y, al mismo tiempo, disfrutando cada espasmo. Rechazando cualquier atenuante.
A su lado, su amante marido la acompaña. Apabullado ante el milagro de la vida.
Saltos en el tiempo. Futuro. Pasado.
Carnaval. Y risotadas de máscaras hechizeras que gustan de burlarse del asombro ajeno. Tradiciones de orígenes supersticiosos (Pero a fines del siglo XX varios autores comenzaron a sospechar el origen pagano del nombre. Carna sería una diosa celta de las habas y el tocino. También estaría conectada con fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna (que en el Mahabhárata aparece como un ser humano, hermano mayor de los Pándavas, hijo del dios del Sol y la reina Kuntí) que conviven con ciencias y tecnologías cuya naturaleza rechaza la adoración a cualquier cosa que no sea ella misma.
Amalgama de coincidencias en el tiempo y espacio.
Y yo con la angustia en mi ombligo. Mientras el mundo gira, las catástrofes se suceden y la vida evoluciona.
Testadurez del ego que todo lo inunda, del cuerpo que todo lo posee y de la conciencia que todo analiza.
Aún busco su botón del pause o el menú de títulos.




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3 comentarios:

MentesSueltas dijo...

Quizàs un Druida habita en tí y sale a pasear por la mente cada tanto... en fin.
Me gusto el relato.
Un abrazo
MentesSueltas

reuben dijo...

A lo mejor todos los orígenes tienen algo de superstición. Lo que es seguro es que algunas historias son más lindas que otras.

illa dijo...

No dudo en que casi todos los orígenes, tienen explicaciones/ razones supersticiosas reuben.
Es un tic de la humanidad.

Hola Mentes! Pues me encantaría que un Druida viviera en mí, siempre me han fascinado. :)