lunes, diciembre 12, 2005

El mal

Caminaba encorvada y de negro. Como la vieja bruja. Con la verruga y la roja manzana en su mano. Las uñas horriblemene largas, curvilíneas.
Pues, ¿acaso no tenía más mérito la malvada madrastra que Blancanieves?¿Qué aportaba aquella cándida niña salvo su bondad?
Al igual que la Bella Durmiente, cuyas únicas virtudes eran..¿belleza e inocencia?
Pero !ah, las malvadas! Con su envidia, su orgullo y su arrogancia. Enseñando siempre lo injusto y la peor parte del odio.
No, no es esto a lo que me refería.
Pero ellas aportaban más. Gracias a ellas, el resto brillaba.




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7 comentarios:

Seattle dijo...

que seria de los guapos si no estuvieramos los feos para compararlos.... O la gran ayuda de los estupidos para que nosotros los inteligentes resaltemos...

coco dijo...

Eso digo yo, qué aportaba blancanieves, ¿a parte de compartir habitación con 7 maduros bajitos?

Anónimo dijo...

Desde luego las malvadas llegan antes a la meta... es más fácil cuando no tienes problema en poner zancadillas.

Pero no es cierto que las otras solo fueran belleza e inocencia. Decidir no tomar los atajos de pisar a los otros es una decisión consciente, que ralentiza tu camino y que marca una diferencia que además nadie reconoce (hoy no se lleva mucho). Y yo sí le veo mérito. Te va a costar más llegar donde quieras, habrá quien te tache de mojigata o de ingenua... y a tu conciencia nadie le va a colgar medallas. Ni va a venir el Tiempo con mayúsculas a poner a nadie en su lugar. Llegarás más tarde que la madrastra, y se habrán comido la mayor parte del pastel.

Pero yo duermo tranquila (cuando atrapo el suenyo). Y no tengo de qué avergonzarme. Y no me sé vencedora a costa de nadie. Puede decir eso la madrastra?

A mí me compensa.

giovanni dijo...

Por casualidad un amigo me pidió ayer por la noche, en la presencia de su suegra, si yo tuviera una suegra (suocera) igual de mala. Dije diplomáticamente que mi suegra siempre se queda callada, que hace difícil saber lo que piensa. La suegra presente se reía.

Lince dijo...

iba a pegar un texto de "malena es un nombre de tango" que me parece profundamente revelador, pero no lo encuentro.

no puedo estar más de acuerdo.
si no hubiera una mala... ¿contra quien podrían despotricar todas las buenas?
¿a quien podrían echarle la culpa de todos sus fracasos personales?
¿donde podrían lavar su ego roto, su falta de confianza, su vida de mierda sino en las aguas turbias del odio concentrado, apoyado solo en "es que son taaaan malas y nosotras taaaan buenas"?
lo que me hace gracia (o me da ganas de llorar, a ratos) es que haya gente que crea que hay una verdad universal, que el hecho de sufrir te hace buena, que el hecho de que haya malas quiere decir que sean buenas, que sean dulces blancanieves.
y luego, cuando pasa el tiempo y ven que toda su bondad no da sus frutos se desesperan, patalean y se dicen muy dignas que AHORA van a ser ellas las malas, que AHORA es el momento y que se han cansado de aguantar. y entonces se convierten en verdaderas hijas de puta pero con razón eh? que han sufrido mucho (ellas, las princesas del cuento, el resto del mundo no sufre. es lo que tiene mirar solo al ombligo de uno mismo)
siempre hay un roto para un descosido.
siempre tiene que haber alguien que aguante las amarguras de los demás.
siempre hay un imbécil que se crea las lágrimas sin preguntar.
aunque la verdad, la bondad y la maldad, aparecen siempre. siempre, por muy abajo que se escondan, por muchos maquillajes que se pongan, por mucho que se silbe y mire para otro lado.

pero como yo soy mala, eso no preocupa ;)

Anónimo dijo...

Los malos DEBEN existir. Si no, los buenos nunca resaltarían del resto...
Es duro, pero hay que aprender a vivir con ello.

Isthar dijo...

No podría haber buenas sin malas, sin duda alguna. Pero a veces ni las buenas lo son tanto, ni las malas tampoco. Sólo son roles, papeles que necesitamos adjudicar para que el teatro de marionetas que es la vida, tenga a todos sus protagonistas.

Y entonces descubres que blancanieves nunca fue tan dulce, ni la bruja malvada tan perversa.

Que sí, que una a veces peca de inocente, pero no tanto como para no saber ver que la maldad no es un atributo que defina a alguien sólo porque otro se lo imponga para justificar su rabia.

Me pregunto si las buenas de los cuentos en realidad nos lo parecían tanto porque siempre nos dibujaron a las malas tan terribles...