En esta semana he vivido intensamente todo lo que no viví los pasados meses.
Ha sido una semana agotadora, sin apenas tiempo para encontrarme a solas conmigo misma y procesar toda la información que recibía y todo lo que estaba pasando a mi alrededor.
El lunes comencé en mi nuevo empleo (ya el definitivo, espero, o al menos lo sería por mi parte) en la agencia de medios OMD. He entrado como assistant de planificación, y aunque el trabajo que realizo no es el que me gustaría (claro, soy assitant, que no planificadora), me encanta la empresa, todo lo que veo y aprendo, el estar de nuevo en contacto cono todo este sector que me apasiona y sentirme de nuevo on después de tantos meses apeada.
El ambiente de trabajo es magnífico, la gente muy alegre y lo cierto es que los días se me hacen muy amenos. Hago todo el seguimiento de las campañas, contacto con los medios y, de momento, poco más. Pero esto ya me hace sentir últil, integrada y..por qué no, una privilegiada al saber antes que nadie los anuncios que colapsarán a los medios en los meses próximos :).
En la hora y media para comer, me da el tiempo justo a comer y que me de el aire. Y es que salgo a pasear por la zona o me acerco al centro porque sino el estar todo el día encerrada se hace inaguatable. Sabe a poco porque de repente ya son las 15:30 y hay que volver a ponerse al trabajo. Pero por lo menos es divertido y el aburrimiento no tiene cabida.
Además, me he apuntado al gimnasio. Por primera vez en mi vida, lo he hecho. Yo, la antigimnasia personificada, me he visto seducida por el nuevo polideportivo (por llamarle algo) abierto en mi pueblo, y siguiendo a la masa allá me he ido.
Lo cierto es que es un gimnasio que, sin dejar de estar bien, es un tanto precario para los tiempos que corren.
Las actividades se reducen básicamente a 5. Dejando de lado todo lo qu pudiera ser Spinning, Fox-Trot, y demás variedades con algo de gracia. Y la piscina es únicamente de 25 metros.
Muy triste, en general. Pero peor estábamos antes.
No he averiguado nada nuevo, sino lo que ya sabía: No estoy en forma y el deporte sigue sin apasionarme. Pero eso sí, no me disgusta tanto como creía. Hacer steps incluso me resulta entretenido.
Y el suplicio lo aguanto por la futura promesa de la sauna de vapor, que es mi "actividad" predilecta :d.
El caso es que saliendo a las 18:30 de trabajar y llegando a casa casi a las 20:00 horas. Me daba el tiempo justo de coger los bártulos, cambiarme corriendo en los incómodos vestuarios siempre encharcados, y hacer algo de máquinas y piscina durante hora y media. Para a las 22:00 horas salir de allí, llegar a casa, cenar...y ver con horror que ya son las doce de la noche y que mañana me levanto a las 6:30, así que hay que dormir YA.
Lo dicho, semana agotadora. Porque aunque ayer no fui al gimnasio, tuve la cena de Navidad de la empresa:) Y aceptando la generosa oferta de una compañera de trabajo de quedarme a dormir en su estudio, he estado cargando mochila arriba mochila abajo por toda Barcelona durante todo el jueves y viernes. Una pesadilla.
¿Cómo estoy? Agotada.Pero feliz, eso sí. La cena fue todo lo bien que debía ir, y cada vez me siento más a gusto en este equipo.
2 comentarios:
La verdad es que tanta actividad mezclada con todas esas ganas, ponen de buen humor a una.
Estar agotada pero con la sensación plena de que las cosas van en el mejor camino es una gran satisfaccion. Disfrutalo, te lo has ganado a pulso...
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