domingo, octubre 07, 2007

De lo ajeno

Sola en la habitación del hotel, te mantienes atenta a los ruidos que te rodean: los pasos, las puertas, el correr del agua...Signos del movimiento y vida a tu alrededor. A tu lado. En la habitación contigua. Pero tan ajena a ti.

Rápidamente hiciste tuya la habitación. Abandonando desordenadamente el bolso, chaqueta y vestido sobre la banqueta de la entrada. Depositando apuntes y libro en la mesita. Apoderándote con cremas, perfume y horquillas de las estanterías del baño.
Te descalzas, te duchas, te recuestas en la cama...Ya está. Es tu espacio.

Y sólo entonces la soledad te rodea. Tú que nunca estás sola sientes ese peso que cae sobre ti. Pues aquí no hay compañeros, amigos, padres o pareja. No hay ordenador ni animaciones a las que recurrir (ya que no te apetece para nada encender el ruidoso aparato televisivo tras 9 intensas horas de formación acerca de cómo comunicar, presentar; de desnudar tus aptitudes ante los demás y de ser vigorosa y socialmente activa) Por fin, escapas al refugio de la habitación del hotel para, de pronto, ser consciente de tu propio ser y sentirte vulnerable ante esta soledad inmensa.
Recurres al móvil como vía de escape de forma más bien infructuosa para, finalmente, resignarte, relajarte, tumbarte...y hacer de este nuevo ambiente tu salvoconducto al descanso.

Mientras tanto, fuera llueve y los ruidos que generan tuus compañeros de viaje son tu única unión al mundo ajeno a tu persona.

4 comentarios:

Iván dijo...

Un relato fantástico.
Resulta extraño darse cuenta de lo fríos que son los hoteles. Por más que se empeñen en construirlos cálidos tienen una esencia extraña que empapa el ambiente: un aroma a limpieza y soledad. Solo las parejas que usan sus habitaciones como un remanso de lujuria e intimidad son capaces de escapar de esa fragancia. Y tú, abandonado en la cama, sientes envidia del resto del mundo. Taparse con la almohada resulta la única solución para sumirse en los propios pensamientos. Pero incluso eso resulta infructuoso.
Vaya coñazo he dejado yo aquí. ;P
Un saludo!

giovanni dijo...

Sola, solo, qué espanto, qué maravilla...
En general no me gustan los hoteles, pero sí tengo buenas memorias de las pensiones, hostales y... (olvidé la palabra, son pensiones modestas) donde estuve en España.
Hablo del pasado, tú hablas del presente. Nuevas aventuras, nuevas experiencias.
Quedaste una noche no más? Cómo fue la segunda?

Zifnab dijo...

Les falta alma a los muy jodidos

Por eso pesan tanto

En fin

Se feliz

Anónimo dijo...

hola estoy creando un periodico digital y me gustaría contar con tu colaboración. lonuestro27@hotmail.com un saludo.