Caleidoscopio

Últimamente no escribo tanto como debiera. Aunque no sé si tanto como me gustaría.
Y se debe al hecho de que mil cuestiones azotan mi mente y quiero dedicar unos 15 minutos de gloria a cada una, para al final dedicar apenas 5 segundos..a todas a la vez.
Soy un caleidoscopio humano. Y es difícil poner en orden las palabras para transmitir un caleidoscopio.
Llegan los Oscars. Que ya sé que son una parafernalia, pero que me atrapan cada año, aunque nunca los vea en directo.
Me queda una última película por ver (de las nominadas a mejor película) antes de esta noche. Tengo que llegar a tiempo y votar. Esta tradición de las porras es uno de los juegos más motivantes que ha creado el ser humano.
Después de quedar atrapada por la vida de Lou Andreas-Salomé (que tenía una interesante teoría sobre el erotismo-la fidelidad-el amor que me apetece comentar un día de estos), he comenzado La montaña mágica de Thomas Mann. Que está de moda y me tiene intrigada. ¿Qué me quiere contar este libro? Tendrá razón Franco Rella? (Por tanto, el único conocimiento que podemos tener de nuestra época es el conocimiento de la enfermedad, un conocimiento diabólico que se realiza solamente en la absoluta extrañación con respecto a los eventos en el oriente o en Castalia, para Hermann Hesse, en la Montaña mágica o en la abstracta luz de madreperla del estudio de Adrian para Thomas Mann.
El desenlace, incierto, no siempre explícito, de la constante ambivalencia en la que se mueve la escritura de Thomas Mann, es el de la impracticabilidad de lo real, que se abre solamente a lo largo del camino que conduce al absoluto de la vida como armonía y unio mystica, o bien en su inversión: la nada y la muerte, en las que todo deseo encuentra, sin embargo, una vez más, conciliación. Del libro MITI E FIGURE DEL MODERNO, Franco Rella (Milán, 1993))
¿Estará en lo cierto Thomas Mann?


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Tampoco me ha salido a cuenta el ascenso. Tener más responsabilidades por un salario que sigue siendo mísero no me presenta ventajas. Salvo que no sé por qué razón, encuentro un extraño placer en mi trabajo. Hoy he visto mi primer anuncio planificado en la TV, y casi salto encima del sofá dando volteretas de alegría. Qué absurdo, ¿no?.
¿Puedo publicar aquí el anuncio? ¿Será ilegal?

Y ahí estamos. En transición. Vamos a ampliar la hipoteca para poder amueblar el piso. Pagaremos lo que ya pagamos (porque pagamos de más), y dispondremos de ¿cómo lo llaman? depósito suficiente para los muebles y pintar. Nos regalan la TV con equipo de sonido, los electrodomésticos y algún mueble más. ¿De aquí a la semi-independencia?
Y digo semi porque, al fin y al cabo, me trasladaría de una dependencia parental/filial a una correlativa (no es ésta la palabra)
Por lo que depender, sigo y seguiré dependiendo de alguien: emocionalmente. ¿Acaso es posible la no dependencia de alguien en este sentido? De quien sea. Tus padres, tus amigos, tu pareja o tu perro.
¿Seríamos felices sin dicha dependencia?
Lo dicho, que el periodo de transición no se hace fácil. Porque no me voy a vivir sola mi vida, sino a formar una nueva vida conjunta y tener mi propia pequeña familia. Parece que no, pero es diferente. Y a mi madre no le hace tanta gracia, aunque no lo diga. Creo que porque cree que es pronto para mí. Aunque en realidad sólo es pronto para ella.

Y analizando las relaciones sociales...Las de amistad, las de trabajo, las familiares, las esporádicas. Otro puzzle a encajar infinitamente. El puzzle de mi vida. Allá el trabajo, allá el ocio, allá lo social. ¿Allá? La autorrealización ¿Y aquí? Aquí yo. Espero no perder la pieza más importante del puzzle. !Menudo incompleto construiría entonces!

Y Crash, y House, y los cómics franceses, la moda y el ahorro (o no gasto), y la necesaria dieta, el último disco de Glamour to Kill, la nueva campaña de Sony, el caos de mi habitación, la extenuante práctica del máster, el descaro del carnaval en Sitges, la sed de tecnología, la ilusión de las Fallas, la entrega de un regalo, el paso de los años, las expectativas de futuro...
Todo revoloteando en mi cabeza y levantando o creando telarañas, según le de.