En pleno vuelo tras haber respirado hondo y lanzarse.
Con las alas extendidas y batiendo el vuelo.
Con los ojos fijos en el horizonte e impulsándose para llegar hasta allí.
En mitad del sorbo.
A medio trayecto en la montaña rusa.
Durante el viaje.
En el ascensor.
Subiendo la escalera.
Chapoteando en la bañera.
En el metro, esperando la siguiente parada.
En la estación de servicio..
Siguiente parada: Netthink
Siguiente parada: Independencia
E irán dos de cuatro
Algo tiene de mágico el estado de tránsito y balanceo. El impulso en el que nos movemos de un punto a otro, de un estado a otro estado, de este lugar..a aquél.
El hormigueo, la punzada en el estómago, la subida de adrenalina justo en el momento antes de la toma de decisión. Las mariposas que nos acompañan en algunos momentos del proceso. La incertidumbre que viene acompañada de expectación, ilusión y esperanza.
Y si todo fluye, y la evolución requiere cambios. Si el avance necesita de movimientos, decisión y empuje. Si la mejora necesita de revisión y la consecución de objetivos de entereza; habrá que enfrentarse a ello. Abandonar el temor (o al menos arrinconarlo). Alzar la cabeza, confiar en nosotros mismos...Y caminar hacia delante, soltando las faldas protectoras que aún asían algunos de nuestros dedos.
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E irán dos de cuatro
Algo tiene de mágico el estado de tránsito y balanceo. El impulso en el que nos movemos de un punto a otro, de un estado a otro estado, de este lugar..a aquél.
El hormigueo, la punzada en el estómago, la subida de adrenalina justo en el momento antes de la toma de decisión. Las mariposas que nos acompañan en algunos momentos del proceso. La incertidumbre que viene acompañada de expectación, ilusión y esperanza.
Y si todo fluye, y la evolución requiere cambios. Si el avance necesita de movimientos, decisión y empuje. Si la mejora necesita de revisión y la consecución de objetivos de entereza; habrá que enfrentarse a ello. Abandonar el temor (o al menos arrinconarlo). Alzar la cabeza, confiar en nosotros mismos...Y caminar hacia delante, soltando las faldas protectoras que aún asían algunos de nuestros dedos.