Río sin sentido. O quizá con todo el del mundo. La sonrisa pugna por salir y aparece fresca, radiante, viva en los labios. Sin pedir permiso. A veces adecuada, a veces entrometida. Causa de bochorno o complicidad, según se tercie.
La sonrisa sale y los ojos se estrechan. La carcajada se expande. Los demás la reciben y contestan.
Justo en ese instante, somos más uno que nunca. Os siento más cerca de lo que nunca estaréis realmente.
Qué gran emoción ésta, la de la risa.
La del espontáneo chiste que rebota en forma de onomatopeya. La del humor inteligente que ve agradecer su elocuencia. La del sencillo payaso de turno que halla en su oído su mayor dador de cumplidos.
Lo dicho. La expansión. La expansión de todo el yo más grandilocuente, generoso y admirativo.
Hazme reír y te lo daré todo. Iré dónde me pidas, haré lo que reclames.
Hazme reír y me convencerás de todo. La tierra será redonda, las flores; piedras preciosas. El mundo, la utopía hecha realidad.
Hazme reír. Y la felicidad cobrará significado.
2 comentarios:
SIempre han dicho que la RISA es terapeútica.
La risa nos ayuda a vivir. A veces, una sola sonrisa basta para hacer a alguien feliz. Es gratis... y sin embargo, cuanto nos cuesta regalar una.
Enrique *** (llegué aquí desde Orkut)
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